COTIZACIONES A LA SEGURIDAD SOCIAL

Las mejoras técnicas en la producción suponen, paradójicamente, rebajas drásticas en la recaudación de la Seguridad Social, ya que su aplicación implica una disminución de los gastos por mano de obra y por tanto disminuyen la base de cálculo, auque la producción en su conjunto se mantenga o incluso se incremente. El gasto en tecnología (que pasa a sustituir el gasto en mano de obra) no cotiza. Así, un beneficio que procede de la creatividad de toda la sociedad, sólo beneficia, con el sistema actual, a la parte de la empresa que representa al capital. Es decir, las plusvalías derivadas de las mejoras creadas por las personas, se convierten en pérdidas para el conjunto de los trabajadores, incluidos los propios creadores de la tecnología que, como asalariados, pueden ver peligrar sus derechos a una pensión justa.
Parece que se tiene arrinconado el concepto según el cual una empresa es un conjunto de personas que colaboran, desde distintos puestos, en un objetivo común, cuyo fin último es el reparto equitativo del resultado obtenido, para compensar el esfuerzo aportado y, si las hubiere, disfrutar de su parte en las ganancias. Los trabajadores aportan, fundamentalmente, algo que nunca podrán recuperar, su “tiempo / vida”, por lo que la compensación dineraria debe ser suficiente no solo para garantizar una subsistencia digna momentánea, sino una reserva que asegure esa supervivencia una vez agotada la “vida útil” como trabajador, pues ese “capital” que es su capacidad de producir lo ha entregado para obtener un rendimiento, pero nunca le será devuelvo, al contrario del capitalista, que puede recuperar su inversión dineraria en cualquier momento, cualesquiera que sean los rendimientos percibidos. Así pues la sociedad debe garantizar que las empresas deben dedicar una parte de sus ganancias para cubrir esas necesidades posteriores de los que han contribuido con su aportación de trabajo personal al logro de los objetivos. Si además, la humanidad avanza por el camino de la tecnología, ahorrando esfuerzos y simplificando procesos, eso debe repercutir directamente en las perspectivas de valoración del esfuerzo personal de cada trabajador, en paridad con el Capital, que actualmente es el único beneficiario de esa tecnología